Alerta Spoiler El FINAL de "Érase una vez en América"

  1. El montaje final de casi 4 horas, muy corto según Sergio Leone, divide la historia en 3 momentos: 1920, 1933 y 1968.

    La de 1920 cuenta los inicios, de las amistades, del crimen, del sexo, de la pérdida de la inocencia. Acaba con De Niro en la cárcel tras matar a Bugsy por matar al pequeño de la pandilla.

    En los 30 sale de la cárcel, a la pandilla con Max (James Woods) a la cabeza les va muy bien con sus trapicheos y la ley seca. Cuando se acaba la ley seca Max que es muy ambicioso quiere robar un banco. De Niro se opone porque sabe que les cogerán. Visita a su amor de niño, a Deborah, cuando ella le dice que se irá para ser actriz él la viola.

    Finalmente De Niro para salvar a sus amigos avisa a la policía. Max les dispara primero y es abatido. Al resto de la pandilla los matan los mafiosos buscando al chivato de De Niro que se esconde durante 35 años.

    A su vuelta tiene un encargo misterioso. Visita a Deborah en su camerino. Está igual que hace 35 años. Le dice que el cliente misterioso, su pareja, tuvo un hijo con una mujer rica que murió. El hijo es un joven Max, de hecho es el mismo actor del joven Max.

    De Niro va a casa del cliente, es Max. El encargo es matarle. Dice que le van a matar igualmente y prefiere que lo haga él. Que así devuelve todo lo que quitó esos 35 años, su amor, su vida. De Niro se niega y se va de la mansión. En la puerta un camión de basura lleva el número 35 se transforma en unos coches de los años 30 que van de fiesta.

    Volvemos a ese momento de los años 30 cuando De Niro había delatado a sus amigos para salvarles la vida. En el fumadero de opio da una larga calada, se tumba y esboza una gran sonrisa.

    ¡Grandioso final!

    Como se puede inferir todo lo que vemos en 1968 es una alucinación de De Niro en 1933. Suponemos que los mafiosos llegan a él y lo matan. Las pistas de la juventud de Deborah, el hijo de Max, el 35 del camión de basura, los coches de los años 30…

    La vería una y mil veces.

    • Muchas gracias Sebas. Ese último fotograma fijo con la sonrisa burlona de De Niro es inolvidable. Yo también la vería cien veces.

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