Habla con los protagonistas de "La momia"
Rachel Weisz como Evelyn Carnahan
John Hannah como Jonathan Carnahan
Arnold Vosloo como High Priest Imhotep
Kevin J. O'Connor como Beni Gabor
Oded Fehr como Ardeth Bay
Jonathan Hyde como Dr. Allen Chamberlain
Erick Avari como Dr. Terrence Bey
Bernard Fox como Captain Winston Havlock
Patricia Velásquez como Anck-Su Namun
Corey Johnson como Mr. Daniels
Omid Djalili como Warden Gad Hassan
Aharon Ipalé como Pharaoh Seti I
Carl Chase como Hook
Jake Arnott como Mummy
Brendan Fraser como Richard O'Connell
Una mezcla de Indiana Jones con Scooby-Doo, clichés a cucharadas y aún así te entretiene. Brendan Fraser es la razón por la que la peli funciona: su Rick es una parodia viviente del héroe de acción serio y tiene química con la bella Rachel Weisz.
Arranca en el Antiguo Egipto, donde tenemos a Imhotep, un sacerdote con más labia que Tinder Gold, liándose con la amante del faraón. Obviamente, eso acaba mal: los pillan, el faraón muere apuñalado, ella se suicida y a Imhotep lo momifican vivo.
Corte a 1923, donde aparece Brendan Fraser en modo héroe pulp: Rick O’Connell, un tipo que sobrevive a batallas absurdas porque la película lo necesita vivo. Conoce a Evelyn (Rachel Weisz, que entra en pantalla con la misión de encarnar al cliché de la bibliotecaria torpe pero brillante y a su hermano Jonathan, el alivio cómico de la peli.
Obviamente, ¿qué hacen? Viajan a Hamunaptra, la ciudad de los muertos, porque ¿qué podría salir mal en un lugar que literalmente se llama «la ciudad de los muertos»? Allí se topan con arqueólogos rivales (los típicos “mueren uno por uno porque hay que alimentar al monstruo”), y con la peor idea de la película: leer en voz alta un libro en egipcio antiguo. Porque claro, ¿a quién no le gusta desatar maldiciones sin subtítulos?
Y pum: Imhotep revive. Aparece hecho un saco de huesos y arena, y cada vez que mata a alguien roba sus órganos y se pone más guapo. El tipo, obvio, quiere resucitar a su amada Anck-su-Namun usando a Evelyn como sacrificio. Mientras tanto, tenemos a Rick disparando balas y a Evelyn demostrando que sabe más egipcio que Duolingo en modo demonio.
El clímax es puro circo pulp: peleas contra momias, arena en forma de tsunami con cara gigante (CGI noventero que hoy se ve como screensaver de Windows 98), y un Rick que parece invencible porque el guion lo protege. Finalmente, logran usar el Libro de Amon-Ra (el «opuesto» del libro maldito) para quitarle los poderes a Imhotep, y éste acaba cayendo en un pozo.
El final: Rick y Evelyn se dan su beso obligatorio “romántico made in Hollywood”, Jonathan sobrevive porque el alivio cómico no se mata, y todos salen con tesoros. Básicamente, todo resuelto como si nada hubiera pasado.