Habla con los protagonistas de "La terminal"
Tom Hanks como Viktor Navorski
Catherine Zeta-Jones como Amelia Warren
Stanley Tucci como Frank Dixon
Chi McBride como Mulroy
Diego Luna como Enrique Cruz
Barry Shabaka Henley como Thurman
Kumar Pallana como Gupta Rajan
Zoe Saldana como Torres
Eddie Jones como Salchak
Jude Ciccolella como Karl Iverson
Corey Reynolds como Waylin
Guillermo Díaz como Bobby Alima
Rini Bell como Nadia
Stephen Mendel como Steward First Class
Michael Nouri como Max
Sasha Spielberg como Lucy
John Eddins como CBP Officer
Valeriy Nikolaev como -
Valeriy Nikolaev como Milodragovich
A ver, esta peli me parece una de las más infravaloradas de Spielberg. No tiene tiros, ni alienígenas, ni grandes discursos… pero tiene un corazón enorme. Y el final, joder, el final es una maravilla silenciosa. No te hace llorar a lo bruto, pero te aprieta el pecho con una ternura tremenda.
Viktor Navorski (Tom Hanks, que está simplemente adorable) lleva meses atrapado en el aeropuerto porque su país, Krakozhia, entra en guerra y su pasaporte queda invalidado. O sea, literalmente es un ciudadano de ninguna parte. Y en vez de volverse loco, se adapta: duerme en bancos, aprende inglés viendo a la gente, se hace colega de los trabajadores del aeropuerto… Vamos, que convierte una pesadilla burocrática en una pequeña comunidad.
Pero lo mejor llega al final. Después de estar ahí nueve meses, y de un tira y afloja continuo con el director del aeropuerto (Stanley Tucci, que está brillante como antagonista sin ser «malo»), Viktor por fin recibe la noticia: la guerra ha acabado y puede entrar oficialmente en Estados Unidos.
Y aquí viene lo que más me toca el alma: no sale corriendo a ver la Estatua de la Libertad, ni a buscar un sueño americano random. No. Él simplemente quiere ir a un hotel de Nueva York a conseguir el autógrafo de un saxofonista de jazz que su padre admiraba. Ese era su objetivo desde el principio. Lo hace, se lo consigue… y cuando el taxista le pregunta: “¿A dónde vamos?”, Viktor responde con una sonrisa tranquila: “Voy a casa”.
Esa frase… puff. Tan sencilla y tan poderosa. Porque no se refiere solo a Krakozhia. Se refiere a haber cumplido una promesa, a cerrar un ciclo, a volver a ser alguien con identidad. Es Spielberg recordándonos que a veces los gestos más pequeños, como guardar una firma para un padre fallecido, son los que realmente nos definen.
El que diga que esta peli es “menor” de Spielberg, es que no la ha visto con el corazón abierto. Es puro cine humano, cotidiano, con ese puntito de cuento moderno que te deja con una sonrisa y un nudo en la garganta.