Riccardo Freda

Riccardo Freda (árabe: فريدة ريكاردو) (Alejandría, Egipto, 24 de febrero de 1909 – Roma, Italia, 20 de diciembre de 1999) fue un director de cine italiano. Irónicamente, más conocido por sus películas de horror y thriller, Freda no tenía gran amor por las películas de terror, sino más bien de las películas épicas. La película Sins of Rome (1953) de Freda fue una de los primeras películas épicas italianas, la anterior película Hércules de Steve Reeves cuatro años antes, y Giants of Thessaly (1961) fueron distribuidas un año antes que la famosa Jasón y los argonautas de Ray Harryhausen. Freda dirigió a Kirk Morris y Gordon Scott en dos películas de Maciste, el clásico en los años sesenta, además de varias películas de espías, spaghetti western, dramas históricos y de la 2 ª Guerra Mundial.
Nunca llegó a terminar ninguna de las dos películas de terror que le correspondió dirigir en los años cincuenta (I vampiri y Caltiki), sino que permitió que fueran finalizadas por su camarógrafo Mario Bava. Los excelentes efectos especiales creados por Bava para Caltiki, en particular, lo consolidarían como director en 1960. Así pues, muchos aficionados identifican a Freda como mentor de Mario Bava en la industria del cine.
Los dos grandes títulos terroríficos de Freda en los años sesenta fueron L’orribile segreto del dottore Hichcock y Lo spettro/Il fantasma, que protagonizó Barbara Steele, pero con lo que realmente disfrutaba era con las películas de aventuras. A lo largo de la década dirigió a Anton Diffring y al legendario Klaus Kinski dentro del cine giallo y, a continuación, su carrera se ralentizó a principios de los setenta para, inexplicablemente, salir de su jubilación a los 72 años y dirigir una última película, Murder Obsession. Murió en 1999 por causas naturales (a la edad de 90 años).