El pianistaLa música era su pasión. La supervivencia fue su obra maestra.

Roman Polanski nos muestra el deterorio de la vida del pianista Szpilman (Adrien Brody). Desde la ocupación nazi de Varsovia, la creación del gueto, la progresiva exterminación de los judíos a campos, Szpilman es salvado en última instancia por un policía polaco mientras ve marchar a toda su familia en un tren hacia un campo.

En la segunda mitad de la película Szpilman está solo, trabaja para los nazis pero teme que le maten, se escapa, tiene que vivir escondido pasando hambre. Debe escapar del piso donde se refugiaba y acaba de vuelta en el gueto.

Escondido en un desván es descubierto por el oficial nazi Wilm Hosenfeld. Le pide que toque el piano. No lo denuncia, le pide que aguante unas semanas y le lleva comida. Llegan los rusos, la guerra se acaba. Un compañero músico pasa por delante de los presos nazis y Wilm Hosenfeld le dice que le diga a Szpilman que le ayude, que él lo ayudó. Szpilman que ha vuelto a trabajar en la radio tocando el piano va al campo de prisioneros pero ya no está.

De fondo a los créditos Szpilman toca el piano con una orquesta para acabar ovacionado. Se nos dice que vivió hasta 2000 y el oficial nazi Hosenfeld hasta 1952 en un campo de prisioneros de guerra soviético.

FIN

En la vida real a Szpilman se le conoció como «Robinson Crusoe» de Varsovia. La película está basada en sus memorias.