Vaya con su corazón.
Al graduarse en la universidad, Christopher McCandless (EMILE HIRSCH), un joven de 22 años al que todos auguran un brillante futuro, decide dejar atrás su cómoda vida en busca de aventuras. El periplo del joven trotamundos le convirtió en un símbolo para muchas personas. ¿Fue Christopher McCandless un heroico aventurero o un idealista ingenuo, un Thoreau rebelde de los noventa u otro americano perdido, un temerario o una trágica figura que vivió en el precario equilibrio existente entre el hombre y la naturaleza?
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Así acabó Hacia rutas salvajes
Sean Penn lleva al cine los últimos años de Christopher McCandless, encarnado magistralmente por Emile Hirsch. Narra la historia su hermana Carine.
Tras desaparecer de su familia y deambular por EEUU y México durante casi dos años por fin logra su sueño, irse a Alaska para estar en pleno contacto con la naturaleza.
Al poco encuentra lo que él llama el autobús mágico. Tiene una caldera y le sirve de refugio para pasar a duras penas el duro invierno. Un día ya llegada la primavera tiene una epifanía, la verdadera felicidad sólo es real cuando se comparte, decide entonces volver a la civilización pero el deshielo impide que pueda cruzar el río.
Vuelve al autobús pero las provisiones escasean, acaba comiendo hierbas siguiendo las indicaciones de un libro, de repente le duele el estómago y parece que se equivocó de planta y comió de una planta que le llevará a la muerte por inanición.
Antes de morir escribe una nota, se sabe feliz y se arropa en su saco de dormir, muere con una sonrisa, un par de semanas será encontrado. Antes de los créditos vemos una foto que se hizo el verdadero Christopher McCandless en el autobús.