Alerta Spoiler El FINAL de "Jennifer 8"

  1. El detective de LA John Berlin está fatal después del fracaso de su matrimonio. Por invitación de un viejo amigo y colega, Freddy Ross, Berlin se dirige a la zona rural del norte de California para trabajar en la policía de Eureka . Berlín molesta a sus nuevos ccompañeros, especialmente a John Taylor.

    Después de encontrar la mano cortada de una mujer en una bolsa de basura en el vertedero local, Berlín reabre el caso de una niña asesinada no identificada, apodada «Jennifer», que quedó sin resolver a pesar de un esfuerzo de seis meses por parte del departamento. Berlin nota una cantidad inusualmente grande de cicatrices en la mano, así como desgaste en las yemas de los dedos, que se da cuenta de que se debe a la lectura de Braille, lo que determina que la niña es ciega. Comienza a creer que los casos están relacionados.

    Berlin hace todo lo posible para convencer a Freddy y sus compañeros de sus sospechas, pero Taylor y el jefe de policía Citrine se niegan a creer que la mano encontrada en el vertedero esté relacionada de alguna manera con los otros casos.

    Después de consultar a sus antiguos colegas en Los Ángeles, Berlin descubre que en los últimos cuatro años, seis mujeres, la mayoría de ellas ciegas, han sido encontradas muertas o siguen desaparecidas, todas ellas en un radio de 300 millas de San Diego. Se convence de que «Jennifer» fue la séptima víctima y que la niña cuya mano fue encontrada en el basurero es «Jennifer 8», o la víctima número 8. Mientras investiga los vínculos entre las niñas ciegas muertas y desaparecidas, conoce a la profesora de música ciega Helena Robertson y determina que su compañera de cuarto Amber fue la octava víctima. Berlin se obsesiona con el caso, a pesar de la casi total falta de pruebas contundentes, y se involucra románticamente con Helena, que se parece a su ex esposa.

    Después de un ataque a Helena, Ross acompaña a Berlin en una vigilancia al instituto donde Helena vive, después de dejar a Helena con la esposa de Ross, Margie.

    Cuando ven una linterna brillando en el mismo piso que el apartamento de Helena, Berlin investiga y el asesino lo deja inconsciente, quien luego dispara y mata a Ross con la pistola de Berlin.

    La agente especial St. Anne. le deja claro a Berlin que lo considera el asesino de Ross, pero también, sin darse cuenta, revela información que ayuda a Berlin a darse cuenta de que el sargento Taylor es el verdadero asesino.

    Berlin les dice a St. Anne y Citrine quién cree que es el asesino, pero sus deducciones son recibidas con incredulidad. Berlin es arrestado por el asesinato de Ross, pero Margie lo rescata bajo fianza, no cree que Berlin sea el asesino.

    Al pagar la fianza, Berlin regresa a la casa de Margie solo para descubrir que Margie ha llevado a Helena de regreso al instituto. Temiendo que Helena y Margie estén en peligro, Berlin se apresura al instituto, pero no llega antes que Taylor, quien irrumpe y persigue a Helena por el dormitorio. Finalmente, al alcanzarla, Taylor se sorprende al descubrir que la mujer que había estado persiguiendo es en realidad Margie. Ella mata a Taylor a tiros, vengando a su marido y cerrando el caso.

    FIN

  2. Jennifer 8 es uno de esos thrillers de los 90 que quizás no tienen tanto renombre como Seven o El silencio de los inocentes, pero que guardan una propuesta muy interesante: lenta, atmosférica, cargada de tensión, y con una construcción de personajes que a veces importa más que la resolución del crimen.

    Andy Garcia interpreta a John Berlin, un detective de Los Ángeles emocionalmente gastado, que se muda a un pueblito del norte de California invitado por un viejo amigo, Freddy. Lo que arranca como una especie de escape personal, se transforma enseguida en un nuevo caso sin resolver: encuentran la mano cercenada de una mujer en el basurero del pueblo, y John empieza a tirar del hilo. Lo que descubre lo obsesiona: hay un patrón de mujeres ciegas asesinadas o desaparecidas, y todo apunta a que hay un asesino en serie operando desde hace años. La víctima más reciente sería la “Jennifer 8” que da nombre a la peli.

    A partir de ahí, la historia toma un giro más personal cuando John conoce a Helena (Uma Thurman), una joven ciega que da clases de música y que, además, tenía de compañera de cuarto a Amber, otra mujer desaparecida y posible víctima del asesino. John no solo la considera una testigo clave, sino que empieza a enamorarse de ella. Y esa relación le da un peso emocional al caso que lo pone al borde de perder el control.

    Lo interesante de Jennifer 8 no es solo el misterio en sí, sino cómo los otros policías del pueblo reaccionan ante él: no le creen, lo desprecian, y lo aíslan. Especialmente el sargento Taylor, que se convierte en su antagonista constante. Nadie quiere remover el pasado ni abrir un caso que los puede dejar mal parados. Hasta que la cosa se pone seria: alguien ataca a Helena en su casa, y luego, durante una vigilancia nocturna, matan a Freddy con el arma de John. Lo peor: John queda como principal sospechoso.

    Lo acusan del crimen, lo tratan como loco, y todo parece derrumbarse… hasta que la investigación da una vuelta muy bien ejecutada: John se da cuenta de que el verdadero asesino es, justamente, Taylor, el poli pesado que lo venía hostigando desde el principio. Pero como es uno de ellos, nadie le cree. La única que sigue confiando en él es Margie, la esposa de Freddy.

    Y es ella, justamente, quien salva el día. Cuando Taylor se mete al instituto donde vive Helena con intención de matarla, se encuentra con Margie en su lugar, quien lo mata a tiros, vengando la muerte de su esposo y terminando con la pesadilla. No fue la policía ni el FBI, fue la mujer de la víctima quien cerró el caso. Me pareció un giro bien logrado, sin caer en exageraciones.

    La peli termina con justicia, pero no con alivio. Queda la sensación de que Berlín sobrevivió al caso, pero no salió intacto. Su relación con Helena queda flotando en algo incierto, como pasa en la vida real. Hay amor, sí, pero también trauma, duelo, culpa.

    En resumen, Jennifer 8 es un thriller de cocción lenta, con una atmósfera bastante opresiva, buen manejo del suspenso y una pareja protagonista que realmente tiene química. No es perfecta, ni particularmente innovadora, pero sabe sostenerte el interés y cerrar bien la historia. Y tiene algo que muchos thrillers actuales no tienen: se toma su tiempo para que te importen los personajes antes de lanzarte las balas.

    Ideal para los que disfrutan más del “cómo” que del “quién”.

Reparto

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