La casa de Jack

Jack nos va contando sus asesinatos, al parecer al azar, de forma paralela intenta construir una casa que nunca le termina de gustar y manda derruir.

A sus víctimas las mete en un congelador. Se cree artista aunque otra parte de él le dice que sin amor no hay arte. Parece un diálogo interno de Lars Von Trier, que en un momento dado muestra sus escenas más gores para situarse como alguien que no puede realizar sus malvados actos en la realidad y por eso los crea en el cine.

Hacia el final de la película Jack corre más riesgos que nunca, le da igual todo. En el congelador, su Pepito Grillo (Verge) le propone construir la casa con los cuerpos de sus víctimas, así lo hace. La policía rompe la puerta, dispara y Jack baja con Verge a los infiernos. Jack intenta salvarse pero finalmente cae.

FIN

Puedo decir que la escena que más me impactó no fue cuando le corta el pecho, ni cuando dispara a varios con una bala, ni cuando mata a los niños y luego les mete alambres, lo que más me impactó fue cuando de niño le corta la pata al pato. Lars Von Trier nunca deja indiferente.