Testigo de cargo

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El final de la película Testigo de cargo, protagonizada por Tyrone Power, es uno de los más sorprendentes y memorables de la historia del cine. La trama gira en torno al juicio por asesinato de Leonard Vole, un hombre acusado de matar a una rica viuda con la que mantenía una relación. Su única esperanza es el testimonio de su esposa Christine, una misteriosa mujer que oculta un oscuro secreto.

La película, dirigida por Billy Wilder y basada en una obra de Agatha Christie, es un magistral ejercicio de suspense y drama judicial, que juega con las expectativas del espectador y lo mantiene en vilo hasta el último momento. El desenlace es un auténtico golpe de efecto, que revela la verdadera naturaleza de los personajes y sus motivaciones.

En este artículo, voy a analizar el final de la película, dando mi opinión personal sobre el mismo y sobre la obra en general. También voy a comentar la polémica que suscitó en su momento, y los argumentos a favor y en contra de su validez narrativa. Por supuesto, si no has visto la película, te recomiendo que lo hagas antes de seguir leyendo, ya que voy a destripar el final sin piedad.

El final de Testigo de cargo se puede dividir en dos partes: la primera, que ocurre en la sala del tribunal, y la segunda, que ocurre en el apartamento de los Vole. En la primera parte, Christine sorprende a todos al declarar en contra de su marido, afirmando que él le confesó el crimen. Sin embargo, poco después se descubre que Christine es en realidad una espía alemana que se casó con Leonard para obtener información. Su testimonio era falso, y formaba parte de un plan para salvar a su marido, ya que sabía que el fiscal tenía una carta suya en la que admitía su amor por otro hombre. Al desacreditar su propio testimonio, Christine logra que Leonard sea declarado inocente.

En la segunda parte, Leonard regresa a su apartamento con Christine, creyendo que ella lo ha traicionado. Allí se encuentra con el verdadero amante de Christine, Max, que resulta ser el asesino de la viuda. Max le explica a Leonard que Christine lo ama de verdad, y que todo fue un montaje para protegerlo. Leonard, confundido y arrepentido, abraza a Christine y le pide perdón. Pero entonces, Christine saca un cuchillo y lo apuñala mortalmente, diciéndole que en realidad lo odia y que siempre estuvo enamorada de Max. Max intenta detenerla, pero ella también lo apuñala. La película termina con Christine llamando a la policía y confesando los dos asesinatos.

El final de Testigo de cargo es una obra maestra del cine negro, que combina intriga, emoción y humor negro. La actuación de los actores es soberbia, especialmente la de Marlene Dietrich como Christine, que pasa por varios registros emocionales con gran credibilidad. El guion es inteligente y lleno de giros inesperados, que mantienen al espectador enganchado hasta el final.

Sin embargo, el final también generó mucha controversia en su época, ya que se alejaba considerablemente del original de Agatha Christie. En la obra de teatro, Christine no era una espía alemana ni una asesina, sino una mujer fría y calculadora que quería librarse de su marido. El final era más ambiguo y menos violento, ya que no mostraba los asesinatos ni la confesión de Christine.

Los defensores del final de la película argumentan que es más impactante y coherente con el tono del cine negro. También señalan que el final de la obra era demasiado previsible y convencional para el público moderno. Los detractores del final de la película opinan que es demasiado exagerado y forzado, y que traiciona el espíritu de Agatha Christie. También critican que el final introduce elementos innecesarios e inverosímiles, como el espionaje o el doble asesinato.

En mi opinión personal, creo que el final de la película es superior al de la obra. Me parece más original y sorprendente, y más acorde con el género al que pertenece.