De aquí a la eternidadEl libro más audaz de nuestro tiempo. Honestamente, ¡Sin miedo en la pantalla!

Maravillosa película, no es cine bélico, es drama y romance en un escenario militar.

Warden (Burt Lancaster) se enamora de Karen (Deborah Kerr), la mujer de Dana, su capitán. Tras la famosa escena de la playa Burt le pide explicaciones a los rumores de que es una mujer fácil. Ella le cuenta que Dana siempre le fue infiel y en una de sus infidelidades perdió al niño que llevaba y la esperanza de volver a tener hijos. Ella quiere que Burt se haga oficial para divorciarse de Dana y estar con él. Burt siempre lo postergará.

Prewitt (Montgomery Clift) es un soldado que pidió el traslado, había boxeado y dejado ciego a un amigo, ya no quiere boxear pero el capitán Dana insiste en que lo haga, da permiso a sus hombres para que le hagan la vida imposible, el «tratamiento». Él aguantará todo. Se enamora de Lorene, una prostituta aunque se utilicen eufemismos por la censura.

El mejor amigo de Prewitt será Maggio (Frank Sinatra) que tiene un encontronazo con Fatso (Ernest Borgnine), un violento Sargento de la prisión militar. Le jura venganza y cuando Maggio es sentenciado a 6 meses Fatso se venga, le da palizas pero Maggio no le denuncia hasta que una noche se escapa y muere en manos de su amigo Prewitt.

Prewitt espera a Fatso a la salida del club y en una pelea con navaja le mata, él herido va con Lorene. Ella no quería casarse con él porque su plan es volver a su pueblo con dinero y subir de clase social, él es un soldado raso.

A Dana le obligan a dimitir al descubrir cómo trataba a Prewitt, su mujer Deborah Kerr le pide a Burt que se haga oficial o tendrá que volver a los EEUU. Él le dice que no vale para oficial y se despiden. Burt encubre a Prewitt a quien buscan por el asesinato de Fatso y aún está desaparecido.

El 7 de diciembre atacan Pearl Harbor los japoneses, Burt toma el mando, sube al tejado y dispara hasta acabar con un avión japonés. Prewitt que escucha por radio el ataque decide volver a la compañía, Lorene le suplica que se quede con ella, que se casará con él, pero él dice que es un soldado. Sale corriendo y cuando los soldados le dan el alto no se detiene, le disparan y muere. Burt acude después y se despide de él diciendo que es un cabezota que todo era por boxear y que al final de todas formas no hubiera boxeado por el ataque japonés.

En la escena final las dos mujeres están en un barco de vuelta a EEUU. Deborah tira al mar dos collares hawaianos y dice que si van a la isla volverá, los collares se dirigen a la isla. Lorene le cuenta sobre su novio una mentira para guardar las apariencias, que era piloto y murió combatiendo, que le dieron una medalla, al decirle el nombre Deborah lo reconoce y sabe que miente. Lorene toca el «pito» de la corneta y sabemos que se lo entregó Burt. La cámara abre y vemos flotando en el mar a los dos collares hawaianos.

FIN