Me encantó esta temporada, Mahershala Ali es una bestia de actor.

La vida personal desde joven hasta su muerte del detective Wayne Hays va entrelazada con el caso Purcell, la desaparicón de dos niños de los que se encontró el cadáver de uno.

Hacia el final se desvela la verdad, un poderoso empresario tenía una hija infeliz porque se le murió el marido y su hija en un accidente. La infeliz joven encontró a la niña Purcell por casualidad y su poderoso padre pensó que a cambio de dinero podría «alquilarle» la niña a Lucy, la verdadera madre.

Se veían en un sótano rosa de princesa, le hicieron creer a la niña que esa era la realidad. Un día el hermano Purcell se opone a que su hermana se vaya con ella, en el forcejeo se da un golpe en la cabeza y muere,

La joven retiene secuestrada durante años a la niña en esa habitación rosa. La medicación de la joven en vez de tomársela se la da a la niña para tenerla bajo su tutela.

El negro tuerto que trabajaba para los Purcell se apiada de ella y la deja escapar. La niña (ya joven) no va al punto de encuentro con el negro, en su lugar va a un asilo de monjas que ayudan a jóvenes con problemas. Le cuentan a la gente que por sus problemas tuvo una vida feliz, con drogas y abusos y murió. De hecho, hay una lápida con su sobrenombre. Pero Hays ve a su difunta mujer que le lleva a descubrir una verdad más amable, otra versión. El asilo lo lleva el compañero de colegio que estaba enamorado de ella. Forma con él una familia escondida del mundo.

Wayne la visita, la ve feliz, y no le dice nada. Sufre Alzheimer y no recuerda lo que pasó. Stephen Dorff, que también está solo, se va a vivir con él para acompañar y cuidar a su amigo en la recta final. El hijo de Hays, que también es policía encuentra un papel con la dirección de la niña Purcell sin saber que es la resolución del caso.

FIN